Sincope Vaso-vagal, por disautonomía o neurocardiogénico

El síncope es la perdida paroxística y transitoria de la conciencia, secundaria a hipoperfusión cerebral, con pérdida del tono postural y rápida recuperación ad integrum. El pre-síncope se refiere al conjunto de síntomas que resultan de la hipoperfusión cerebral, sin perdida total de consciencia.

La mayoría de los síncopes son secundarios a una “disautonomia”. Las causas cardíacas explican no más del 25% de los casos y en menos del 5% de los casos el síncope se puede atribuir a trastornos neurológicos. En un 20% de los pacientes no se puede establecer la etiología del síncope.

Desde el punto de vista clínico los pacientes con síncope por disautonomía frecuentemente se presentan con síntomas vaso-vagales asociados, tales como mareos, sudoración, epigastalgia y nauseas.

La respuesta ortostática

Existen varias condiciones que comprometen el sistema nervioso autónomo que afectan el comportamiento del aparato circulatorio, con el desarrollo de pre-síncope o síncope. Estas “disautonomias” se ponen de manifiesto de preferencia en relación al ortostatismo.

Cuando una persona se pone de pie, se desvía un volumen sanguíneo de unos 300-600 ml hacia el territorio venoso de las extremidades inferiores y del territorio esplácnico. Esto genera una disminución del retorno venoso que activa los baroreflejos aórticos, carotídeos y auriculares, con un aumento súbito del tono simpático y disminución del tono vagal. Después de unos pocos minutos los parámentros hemodinámicas se estabilizan. Se considera una respuesta ortostática normal cuando: