El
reposo, en los pacientes con insuficiencia cardíaca descompensada permite
no sólo la disminución de la disnea, sino que disminuye el trabajo
respiratorio y la resistencia periférica, mejora la perfusión
renal, aumenta la diuresis, disminuye la presión diabólica del
VI, todo lo cual ayuda a la disminución de la congestión pulmonar.